Cada vez más bolivianas deciden ser parte del poder político. Suelen comenzar su liderazgo en organizaciones sociales e incursionar en la gestión municipal tras vencer obstáculos familiares.
Actualmente, en los 327 municipios bolivianos, 43 % de alcaldías y concejalías están en manos de mujeres. En 96 % de los casos ocupan por primera vez un cargo público.
La Constitución de 2009 y otras leyes obligan a una presencia de 50 por ciento de mujeres en todos los cargos electos. Para asegurar esa equidad se establece la alternancia en las listas de candidatos.
La concejala Lucinda Villca expresó que “las dos principales trabas para participar son el hogar y lo económico”.
Marina Cuñaendi tiene 55 años y es concejala de Uribachá. Hasta su postulación en 2010, nunca pensó ocupar un cargo público. Se dedicaba a cultivar arroz y maíz, y en su “tiempo libre” a tejer, para sostener el hogar y a sus siete hijos junto con su esposo.
Lidia Alejandro, de 50 años, aymara y concejala de Llallagua, expresó que la inexperiencia ha sido un factor de desventaja frente a los varones.
Las leyes bolivianas exigen que parte del presupuesto anual de todos los niveles de gobierno sea asignado a mujeres y otros sectores sociales vulnerables. Pero la mayoría de esta porción no se ejecuta y esos fondos terminan revertidos o transferidos a otros gastos.
Natasha Loayza, representante de la oficina de ONU Mujeres en Bolivia, aseguró que en ese país hubo grandes avances a favor de la participación política de las mujeres, promovidos por la Constitución y diferentes leyes.
Sin embargo, señaló que “el desafió ahora es traducir esas leyes en vivencias, en una participación concreta y real”.(PÚLSAR/IPS)
Jenny Cartagena Torrico/al
25/07/2012