Se cumplió este martes un año del gran desalojo que sacó de sus viviendas precarias en San Pablo a cerca de mil 700 familias brasileñas.
Activistas y familias recordaron este martes la operación policial que expulsó a los moradores. Fue frente al terreno donde se ubicaba el asentamiento precario desalojado.
Con el lema “Pinheirinho exige justicia”, organizaciones sociales exigirán la reparación para las familias por los daños morales y materiales sufridos durante el desalojo.
También reclamarán el castigo a los responsables de la represión y pedirán la expropiación de la zona para construir viviendas.
El desalojo de las casas de Pinheirinho tuvo mucha repercusión en Brasil por la brutalidad del operativo policial.
A un año de la represión, el terreno de más de 1 millón de metros cuadrados volvió a quedar abandonado sin función social.
Las familias expulsadas de sus casas reciben hoy una pensión para alquiler por 500 reales.
Amnistía Internacional pidió el martes una solución para el problema de las familias sin viviendas.(PÚLSARBRASIL)