La visita del presidente Barack Obama a Costa Rica sirvió para que Estados Unidos fortaleciera sus lazos con Centroamérica como estrategia de geopolítica, pero sin acuerdos significativos para la región.
La participación del mandatario en la cumbre del Sistema de Integración Centroamericana (SICA) en los primeros días de mayo, significó una forma de retomar el control hacia el istmo, opinaron analistas.
El gobernante discutió temas como la lucha contra el narcotráfico y la conformación de un mercado regional de electricidad.
El sociólogo José Luis Vega, asegura que Estados Unidos volvió a colgar la mira en Centroamérica por lo que acontece en Sudamérica, donde varios países se desmarcan de Estados Unidos y conforman un bloque aparte.
Vega comentó cuál puede ser el pensamiento de los norteamericanos sobre Centroamérica, que recuerda que es el “patio trasero” de Estados Unidos.
Por otro lado, para el abogado y politólogo Francisco Barahona, el gobierno de Estados Unidos fue el que estuvo al mando de una visita donde no se tomaron medidas concretas, a diferencia de México donde se dieron acuerdos en el tema migratorio, desarrollo económico y de violencia por el narcotráfico.
Además mencionó que la presidenta costarricense, Laura Chinchilla, aprovechó la llegada de Obama para recuperar prestigio dentro de la población.
El analista Francisco Barahona resaltó que el nivel de dependencia de Centroamérica hacia Estados Unidos no es el mismo de hace 20 años.
Barack Obama llegó a Costa Rica bajo un fuerte operativo de seguridad, sin tener contacto con la población, pero al final no evitó que decenas de personas salieran a las calles para observar el paso de su comitiva. (VOCES NUESTRAS/PÚLSAR)