El pasado martes, la Cámara de Diputados derogó el decreto que establece una Política Nacional de Participación Social (PNPS).
La resolución se votará proxímamente en el Senado brasileño.
Diversos analistas consideran que la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sufrió una simbólica derrota en el Congreso.
El decreto promovido por la mandataria, fue derogado por el Congreso dos días después de que Dilma haya sido reelegida en una apretada segunda vuelta.
El decreto sobre la Política Nacional de Participación Social se creó para atender las reivindicaciones de los movimientos sociales y establecer un mayor diálogo con el gobierno.
Esta política personal ganó clamor principalmente durante las protestas que salieron a las calles en el año 2013.
Esta Política Nacional de Participación Social que ha sido derogada por el Congreso, garantizaba el derecho de la sociedad brasileña a seguir más de cerca la formulación, ejecución y seguimiento de políticas y programas públicos.
De esta manera se esperaba fortalecer la democracia participativa.
Para el politólogo Marcus Ianoni, la función del Congreso como órgano legislativo no se opone ni será debilitada con una mayor participación de la sociedad civil en la formulación de leyes.
Según Ianoni, la consulta popular no hace daño a la democracia representativa, basada esta última en el funcionamiento del Congreso.
Para el científico, lo que está en juego con el veto del decreto, es el “miedo” a la democratización del Estado y de las posiciones de poder.
El tema será discutido en el Senado, donde el panorama ya no es favorable para el gobierno de Dilma Rousseff.
Frente a la fuerte oposición, el politólogo Ianoni considera que la movilización social será la mejor estrategia en este punto. (Púlsar Brasil)