Después de la aprobación de la reforma energética en el Congreso mexicano, el pasado 12 de diciembre, cientos de mexicanos han protestado a lo que reclaman una privatización del petróleo.
Parte de las reformas estructurales impulsadas en el primer año de gobierno de Enrique Peña Nieto, la reforma permite la inversión de capital privado y extranjero en el sector energético.
También pone fin al monopolio de Petróleos Mexicanos (Pemex) y modifica la política de manejo de recursos que había operado en el país desde 1938.
Las protestas, iniciadas desde la anticipación de una reforma en este rubro, han sido encabezadas por Andrés Manuel López Obrador, líder del izquierdista Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y excandidato presidencial en 2006 y 2012.
Por su parte, miembros del Partido de la Revolución Democrática (PRD), encabezados por Jesús Zambrano, han señalado el “engaño” del que fueron parte al integrar el Pacto por México.
Asimismo, Zambrano asegura que la aprobación de la reforma energética fue causada por una división interna de la izquierda mexicana, representada por los partidos PRD y Partido del Trabajo.
A raíz de la aprobación de la reforma en el Congreso de la Unión y en el Senado, el PRD abandonó el Pacto por México y ha reiterado que no regresará.
El acuerdo, firmado a pocos días de la toma de protesta de Enrique Peña Nieto, incluye a las tres principales fuerzas políticas de México y ha impulsado reformas en el sector educativo, hacendario, de telecomunicaciones y energético.
Jesús Zambrano considera la aprobación de la reforma como una “traición” a México por parte del jefe de Estado y del derechista Partido Acción Nacional.
Otro detractor de la reforma energética es el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), que mediante un comunicado, señala que la “privatización” del petróleo mexicano es un “robo legal e ilegítimo”.
De acuerdo a la presentación hecha por el presidente mexicano, la inversión de capital privado se dará en las áreas que requieran mayor tecnología, mientras que Pemex se reservará la explotación de las zonas más rentables.
Con ello, se modifican 3 artículos de la Constitución mexicana, aunque se mantiene el petróleo como propiedad de la Nación.
La aprobación de la nueva norma dio lugar a enfrentamientos entre los legisladores y tuvo un debate de más de 20 horas en la Cámara de Diputados.
El oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) y su aliado, el Partido Verde Ecologista de México, además del Partido Acción Nacional (PAN), aprobaron la reforma.
El viernes 20 de diciembre, el presidente Enrique Peña Nieto promulgó la reforma energética y se incluyó en el Diario Oficial de la Federación.
Ese día, miles de mexicanos marcharon en la capital mexicana en defensa del petróleo, llamado que han hecho de manera intensiva en redes sociales.
Al día siguiente, el sábado 21 de diciembre, la reforma energética entró en vigor. (PÚLSAR)