El pueblo guaraní vive en Bolivia en permanente emergencia desde que en el subsuelo de su hábitat descubrieron hidrocarburos.
Los guaraníes buscan ser oídos por las distintas autoridades de Bolivia y lo hacen con movilizaciones, bloqueos de carreteras o de campos petroleros y participación en marchas.
Las comunidades rurales guaraníes cercanas al campo petrolero exploratorio de Caigua, en el sur del departamento de Tarija, demandan ser consultados y tenidos en cuenta sobre los trazados de caminos y otras infraestructuras vinculadas a este desarrollo.
Según Cesar Aguilar, presidente del Consejo de Capitanías Guaraníes de Tarija, las labores exploratorias en Caigua ya contaminaron una presa que surte de agua a las comunidades aledañas. Además, señaló que los caminos que se abren invaden tierras agrícolas de 400 familias de la zona.
Repetidas movilizaciones en el Chaco boliviano buscan denunciar que YPFB incumple las leyes nacionales e internacionales que obligan a la consulta y el respaldo indígena en los proyectos en su hábitat.
Los líderes citan a la Constitución de 2009 que declara a Bolivia como un estado plurinacional. También señalan el Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo, que fija la consulta previa obligatoria.
En el Chaco boliviano viven 84 mil indígenas, y 75 % de ellos vive en la pobreza, según indicadores oficiales.
Faustino Flores, presidente de la Asamblea del Pueblo Guaraní (APG), cuestionó el modo de distribuir los recursos del Fondo de Desarrollo Indígena (FDI), que están centralizados en La Paz.
Además, Flores señaló que ” así como saca hidrocarburo por cañerías, el Estado debe garantizar el servicio del agua.
El dirigente subrayó que “los guaraníes no demandan favores, sino que se cumpla la obligación de participar de los beneficios que da la tierra”.(PÚLSAR/IPS)
Por Pascuala Mena Trigo