El presidente boliviano, Evo Morales, protagonizó una ceremonia de investidura indígena en la ciudadela prehispánica de Tiahuanaco.
Horas después juró el cargo formalmente ante la Asamblea Legislativa de su país.
Morales expresó que el ritual de bendición a su investidura como guía espiritual y líder político es una reafirmación de la identidad y la democracia del pueblo boliviano.
“Estamos viviendo tiempos del Pachakuti (retorno al equilibrio), para este proceso de cambio”, señaló el mandatario.
Necesitamos consolidar nuestra revolución educativa y cultural, de salud, en la producción, en la justicia, del trabajo y en pensamiento”, dijo Morales.
Como se sabe, Morales inició su tercer mandato consecutivo hasta el año 2020 y, al mismo tiempo, su décimo año en el poder.
En octubre próximo se convertirá en el mandatario de Bolivia con más tiempo continuo en el Gobierno.
La ceremonia comenzó con una “limpieza” del gobernante efectuada por sabios de la cultura aimara, que lo acompañaron por los lugares más simbólicos del templo preincaico de Tiahuanaco.
Luego, Morales recibió el bastón de mando como punto de partida de un nuevo período de gobierno (2015-2020).
El presidente señaló que a pesar de tanto sufrimiento y de tanta masacre que hubo en tiempos pasados contra los indígenas, los pueblos originarios nunca se dieron por vencidos y mantuvieron la fe. (Pablo Florencio Salazar – Agencia Púlsar)