En la madrugada del lunes 19 de enero, el fiscal Alberto Nisman, fue encontrado en su departamento sin vida.
Nisman investigaba un atentado contra el edificio de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA) en el año 1994.
En los últimos días, las investigaciones de Nisman lo llevaron a denunciar a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner y a otros funcionarios de su gobierno.
Su presunto suicidio ha conmocionado a Argentina y ha generado el repudio de una gran parte del país contra las autoridades que los gobiernan.
Según los indicios de las investigaciones, Kirchner habría firmado en el 2013 un pacto con Irán para encubrir a los autores de ese crimen.
La diputada nacional por Unión PRO, Patricia Bullrich, informó a los medios de comunicación que el fallecido fiscal Alberto Nisman “se sentía amenazado”.
“Nisman me citó a la fiscalía el miércoles. Ahí me informó que los servicios secretos tenían información de su familia y que ya se la habían pasado a uno de los imputados de la causa”. reveló la diputada.
Bullrich agregó que Nisman “se sentía muy dolido porque se metieron con su familia”.
Medios locales informaron que Nisman habría muerto de un solo disparo. Al respecto, la fiscal que quedó a cargo de su caso, Viviana Fein, dio detalles sobre la extraña muerte.
“Nisman vivía custodiado por 10 elementos de la Policía Federal de Argentina. Estos agentes fueron los que alertaron a la familia del fiscal después de que Nisman no respondiera a su puerta el domingo por la mañana”, manifestó la fiscal Fein.
El arma homicida había sido facilitada por un colaborador, Diego Lagomarsino, quien visitó el domicilio del fiscal un día antes de la muerte.
Frente a esto, la mandataria Fernández de Kirchner criticó con dureza al colaborador de Nisman que le entregó la pistola con la que supuestamente se mató el fiscal.
Para Fernández de Kirchner, Diego Lagomarsino, el primer imputado en el caso, es “un feroz opositor al gobierno”.
La presidenta argentina reveló que el técnico informático es hermano de un importante ejecutivo de una sociedad ligada al Grupo Clarín, un medio de comunicación al que el gobierno ha relacionado en varias ocasiones con el caso.
Así, Fernández de Kirchner intentó deslindarse del crimen.
En los últimos días, la presidenta argentina anunció la disolución de la Secretaría de Inteligencia (SI) por el escándalo del caso Nisman.
“No se puede tener sitiada a la democracia con el miedo y la extorsión”, ha declarado Kirchner, que enviará al Parlamento un proyecto de ley para la creación urgente de una nueva agencia federal de inteligencia. (César Joao Espinoza – Agencia Púlsar)