Acceso a la información en Haiti

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Entre los días 4 y 6 de mayo de 2011 se realizó la Primera Conferencia de Radios Comunitarias del Caribe en Puerto Príncipe (Haití), con la participación de representantes de radios comunitarias y organizaciones de la sociedad civil provenientes de Jamaica, República Dominicana, Guyana, Dominica, Trinidad y Tobago, Guadalupe, de Asia Pacífico, Europa y América Latina.

La Declaración de la conferencia recoge la situación crítica del pueblo haitiano después del sismo que azotó su país en el año 2010, causando la muerte de más de 300 mil personas, dejando 500 mil heridos y alrededor de 1 millón 500 mil desplazados, además de los daños materiales. Para la ONU esta fue una de las catástrofes más graves de los últimos cien años.

Años después de la catástrofe la situación en Haití sigue siendo muy grave, personas sin hogar siguen viviendo en las calles en carpas instaladas para la emergencia y suman cerca del millón de personas, que viven constantemente sujetas al clima, la insalubridad y la inseguridad, afectando principalmente a los niños y niñas, a los ancianos y mujeres –que además son víctimas de la violencia física y sexual-. Como si ello no fuera suficiente, una epidemia de cólera acabó con la vida de 5 mil personas más.

Todo ello es parte de un proceso histórico de colonización donde las riquezas naturales de un pueblo fueron explotadas en beneficio de las potencias más importantes de aquellos años y la imposición de políticas por parte de instituciones financieras internacionales. Internamente, la continua lucha entre dictadores y caudillos militares y civiles mermó el tejido social e hizo a un lado la política social necesaria para crear un modelo que garantice mejores condiciones de vida a los haitianos.

Haití es un claro ejemplo de las desigualdades del desarrollo global que condena a países y poblaciones enteras a la dependencia y el paternalismo. Es importante revisar las políticas de cooperación internacional y la Comisión por la reconstrucción para evaluar su impacto en el desarrollo del mencionado país.

El derecho a la comunicación es en ese sentido una garantía para el reconocimiento y respeto de los demás derechos humanos fundamentales para el fortalecimiento del Estado y la vida en sociedad. La Declaración hace un llamado a “transparentar cómo se invierten los recursos en la reconstrucción del país y para ello la presencia de un sistema de medios de comunicación independiente y radios comunitarias son necesarios para garantizar una reconstrucción incluyente, participativa y con perspectiva de género”.

Del mismo modo se hace un llamado a crear las políticas públicas que favorezcan el trabajo de las radios comunitarias, las proteja y castigue a quienes atenten contra ellas como en el caso de los ataques a la radio comunitaria Carice, al noreste de Haití, que sigue sin ser investigado.