Diciembre de 2013 marcó el regreso a la presidencia chilena de Michelle Bachelet. Esta vez fue con la coalición Nueva Mayoría, que integra al Partido Comunista.
Se impuso por 25 puntos de diferencia en la segunda vuelta a la candidata de derecha, Evelyn Matthei. Bachelet obtuvo 62 % de los votos frente al 37 % alcanzado por la candidata oficialista.
El balotaje registró un importante número de abstenciones, que alcanzaron el 59 % del listado de votantes.
De este modo, Bachelet asumirá por segunda vez la presidencia de Chile. Ya cumplió ese mandato entre 2005 y 2010.
La candidata de Nueva Mayoría logró la victoria electoral con mayor margen desde la vuelta de la democracia a Chile en 1990.
El retorno de Bachelet a la presidencia confirmó todos los pronósticos luego de su retorno a Chile en marzo del año pasado.
El ascenso de su popularidad desde las primarias fue paralelo a los problemas que tuvo la coalición de derecha durante la campaña.
Evelyn Matthei fue la elegida por la coalición entre la UDI y Renovación Nacional luego de conocerse la baja de Pablo Longueira a su candidatura debido a un cuadro de depresión.
En la primera vuelta de noviembre Bachelet ya se había impuesto por 20 puntos sobre Matthei.
En aquella primera vuelta destacó la elección como diputados de 4 ex voceros del movimiento estudiantil.
Giorgio Jackson, Karol Cariola, Gabriel Boric y Camila Vallejo son los emergentes políticos de las movilizaciones estudiantiles iniciadas en 2011.
Estas manifestaciones incluyeron marchas, tomas de instituciones, interpelaciones a dirigentes políticos y paralización de actividades.
Este reclamo logró poner en el debate público la necesidad de un cambio estructural en el sistema educativo chileno. La principal demanda de estudiantes y profesores es el fin del lucro como eje central del sistema. Por esto, exigen un nuevo plan de educación pública, gratuita y de calidad.
Las movilizaciones estudiantiles hicieron temblar al sistema político durante 2011 y la vigencia de esas demandas las convierte en los puntos centrales del escenario político actual.
El reclamo por educación rápidamente se convirtió en una demanda más profunda y transversal por una reforma de la Constitución chilena, herencia de la dictadura pinochetista.
Esta Constitución y este sistema educacional cuestionados fueron mantenidos durante la primera presidencia de Bachelet.
Previo a las elecciones, en octubre pasado, los referentes estudiantiles actuales y pasados reafirmaron su compromiso con las demandas surgidas de las calles.
Una vieja conocida de la política chilena como Michelle Bachelet deberá enfrentar el desafío de dar respuesta a un nuevo escenario de mayor participación y agitación social, en demanda de cambios en la institucionalidad política de Chile.(PÚLSAR)