En la siguiente entrevista, John Preissing, representante de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) en Perú, afirma que durante muchos años la quinua fue el símbolo del abandono de los cultivos nativos y el reflejo de políticas gubernamentales que no estaban enfocadas en el desarrollo rural.
Sin embargo, el representante de FAO en Perú, destacó que entre el 70 y 90% de la producción de alimentos que abastece a la población a nivel nacional viene del pequeño productor. Expresó que los productores comerciales (gran agricultura) tienen mucho para aportar, pero en un país como Perú los pequeños productores son la base de la alimentación del país. Realizó estas declaraciones en el marco del reciente lanzamiento del “2013, Año Internacional de la Quinua”, por parte de las Naciones Unidas.
Agencia Pulsar: ¿Por qué razón en las últimas décadas se abandonó la siembra y el consumo de la quinua?
JP: La respuesta es compleja y diversa. En las últimas décadas hubo muchos factores: una especie de consumismo que favoreció a otros productos como la papa, arroz, trigo que tienen sus valores, por cierto, pero impactó en la siembra y consumo de la quinua.
¿Se puede hacer un cálculo de los efectos o el impacto de este abandono de la quinua?
Esa pregunta es profunda porque no podemos considerar aisladamente a la quinua, porque otros productos también fueron abandonados. Además los estilos agroecológicos fueron cambiados. Las dietas fueron cambiadas y todos ahora comen comidas preparadas y procesadas. Hablar solamente del impacto del abandono de la quinua no es suficiente para explicar los cambios en el bienestar rural. La quinua es el símbolo del abandono de los cultivos nativos que tienen muchos valores.
¿El abandono de la quinua y de otros cultivos nativos afectó en la actual desnutrición crónica que existe en el Perú?
Creo que sí podemos decir que el conjunto de productos, estilos de producción y hábitos de consumo, en su conjunto, nos ha llevado a un punto de desnutrición. Pero hay que decir que en los últimos 10 años Perú ha superado sus niveles de desnutrición crónica infantil. Pero sí es cierto que ha habido muchos impactos negativos.
En los últimos 10 años la quinua ha tenido un giro increíble. Ha empezado a sembrarse y consumirse más ¿Cómo explican este crecimiento?
Primero fue toda una revaloración de lo nativo, nacional y lo andino, como un aspecto culturalmente importante y también a sus valores nutricionales. Este conjunto de conocimientos nuevos han influido mucho en su consumo. Al mismo tiempo el boom gastronómico del Perú tiene que ver en el crecimiento de la quinua, tanto a nivel nacional como internacional. Todo lo que suene a andino y peruano es muy llamativo hoy en día.
Sin embargo, según muchos investigadores, la producción de la quinua ha aumentado en los últimos años debido a una mayor demanda de la población y no ha habido una política gubernamental detrás de este crecimiento. ¿A qué se debe esta falta de visión de algunos gobiernos?
Las áreas rurales del Perú necesitan más apoyo y por muchas décadas no han tenido ese apoyo merecido. Pero hoy en día con programas sociales, de crédito y asistencia técnica creo que es una oportunidad más para tener más productividad. La quinua es el reflejo de políticas que no estaban bien enfocadas en aspectos de desarrollo rural y pobreza.
¿A qué tipo de enfoque se refiere? Cuál es el enfoque que ha cambiado en estos gobiernos?
Yo diría que hoy en día hay un enfoque de agricultura familiar. Es decir sobre el pequeño productor y en los sistemas y servicios de apoyo hacia ellos. En los últimos 10 años se ha vivido un boom de un “Estado emergente”, un Estado que tiene deberes que cumplir e interesado en las poblaciones más vulnerables. Eso es notorio desde Argentina hasta México. Por ejemplo Brasil con su programa “Hambre Cero”, que casi todo Latinoamérica ha adoptado.
¿Cómo la producción de quinua puede ayudar a garantizar la seguridad alimentaria del país?
Nosotros sabemos que la demanda nacional excede a la producción nacional. Esa es una señal que se debe producir más. Entonces ¿cómo la quinua puede impactar en la nutrición? Se debe trabajar en triplicar las hectáreas de producción porque eso implica que habrá más quinua para consumir. Y los mismos productores pueden consumir la quinua y también pueden venderla, lo cual le da ingresos para los libros y zapatos de sus hijos, etc, cosas importantes para la vida de una familia. Entonces la quinua tiene un aporte importante.
¿Es necesario seguir invirtiendo en los pequeños agricultores de quinua para garantizar la seguridad alimentaria o el gobierno debería invertir en grandes latifundios para producir alimentos?
Yo no voy a opinar cuál es el mejor. Pero si voy a responder que sabemos que entre el 70 y 90% de la producción que abastece a la población a nivel nacional viene del pequeño productor. Es decir que la alimentación de las personas depende de la agricultura familiar. Ese es un hecho. Y esas mismas personas son las más vulnerables. Si el país asume el desafío de alimentar y salir de la pobreza rural la respuesta es una mayor productividad y más producción. Por esas dos razones es importante enfocarse en los pequeños productores.
En la actualidad ¿Cuáles son las amenazas que acechan a los agricultores que producen quinua?
En primer lugar, si no se invierte suficientemente en la infraestructura rural, sistemas de riego, investigación agropecuaria o programas de crédito, eso es un limitante. Y también en la semilla que es la base de la producción porque hay que tener semilla mejorada y certificada. Esas son amenazas de antemano, sino estamos pensando en cómo fomentar pues no se va a fomentar la producción.
¿La tendencia de la concentración de la tierra agraria y la propiedad se puede considerar como una amenaza a los agricultores de quinua?
Me preocupan más los pequeños productores que el cultivo en sí, porque este mismo productor puede cultivar también papa, cebolla, frutales o kiwicha. Entonces el punto de la tenencia de la tierra es un asunto más grande que la quinua. Es más bien una preocupación sobre el bienestar de los pequeños productores. Va más allá de un cultivo en específico.
Pero sí admite que a la FAO le preocupa esta tendencia de la concentración de la tierra…
La FAO quiere asegurar que los pequeños productores tengan un espacio para producir y para vivir. También estamos preocupados en la alimentación del mundo. En ese sentido, sabemos que los productores comerciales tienen mucho para aportar, pero en un país como Perú los pequeños productores son la base de la alimentación del país. Estamos muy preocupados de que ellos tengan los recursos como tierra, que son suyos, y el recurso agua, asistencia técnica e investigación, suficientes para poder desarrollarse, alimentarse y alimentar a los demás. (PULSAR)