La agrupación insurgente mexicana Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) emitió un nuevo comunicado en donde revela su visión sobre las estructuras del poder y sus actitudes a las clases bajas.
El documento firmado por el vocero del EZLN, el subcomandante Marcos, detalla que “los de arriba” pueden imponer en el gobierno a gente medianamente inteligente del mismo modo que pueden reprimir, detener, torturar y asesinar a las clases bajas porque pueden hacerlo y eso, asegura Marcos, es tener el poder.
Tener poder, dice, no es solo ejercerlo impunemente, sino hacerlo irracionalmente porque tenerlo permite hacer y deshacer sin tener otra justificación más que esa; y no importa si quien está en el poder es de derecha o de izquierda, así que a la gente no le queda de otra más que desilusionarse o rendirse.
“Y no importa quién aparezca al frente, ocultándonos. Eso de derecha e izquierda, son sólo referentes. Así que jódete, chíngate, púdrete, muérete, desilusiónate, ríndete, para el resto del mundo no existes, eres nadie”, redacta el vocero del EZLN.
A pesar de ello, dice el texto, quienes representan el poder temen que el odio, el cinismo, el rencor y la desesperanza que han sembrado en las clases bajas se transforme en rabia organizada y rebelde y que no tenga precio para poder corromperla.
La organización rebelde encabezó un levantamiento armado el 1 de enero de 1994 en el suereño estado mexicano de Chiapas para reivindicar los derechos de los pueblos originarios en la nación azteca.
Tras una larga jornada de diálogos, el gobierno mexicano firmó los Acuerdos de San Andrés, documento que reconoce los derechos de los indígenas, sin embargo, no han sido plasmados en la Constitución mexicana.
Ante la indiferencia gubernamental, el EZLN decidió fundar comunidades autónomas llamadas Caracoles zapatistas y se mantuvo en un silencio total.
Fue hasta la Marcha del Silencio, encabezada por unos 50 mil zapatistas, cuando el subcomandante Marcos retomó el envío de comunicados a la opiníón pública que coincidió con el regreso del oficialista y centralista Partido Revolucionario Institucional al poder luego de su ausencia por 12 años, cuando el derechista Partido Acción Nacional asumió el gobierno. (Alejandro Pacheco, PÚLSAR)
