Participantes de América Latina (AL) a la Conferencia de Aborto con Medicamentos en 2004 en Johannesburgo, Sudáfrica, decidieron impulsar acciones para articular esfuerzos en la región, y en 2005 integraron el Consorcio Latinoamericano Contra el Aborto Inseguro (CLACAI).
Los pasados 4 y 5 de noviembre se realizó en Buenos Aires, Argentina, la Segunda Conferencia Subregional Cono Sur del CLACAI.
Ya desde las palabras de apertura, Silvina Ramos (del Comité Coordinador CEDES/CLACAI-Argentina) señaló la importancia de insistir en las alianzas estratégicas y tomar en cuenta las diferencias locales para avanzar en temas como investigación, reforma legal, provisión de servicios -que en la región se ha diversificado-, líneas telefónicas o políticas de reducción de riesgos y daños.
Temas centrales que atravesaron paneles y discusiones a lo largo de dos días de intenso trabajo.
Especial interés generó el panel sobre “Laicismo y democracia”, ya que pesar de las orientaciones de centroizquierda de la región, aún el aborto inseguro y sus consecuencias siguen siendo un nudo que no se desata y que no existe en la agenda de los grandes medios de comunicación.
Susana Chávez Alvarado, secretaria ejecutiva de CLACAI, señaló la ausencia de estándares de calidad y si bien, dijo, se avanzó muchísimo, no se reconocen las situaciones de vulnerabilidad y no hay respuestas para las víctimas, incluso en países donde está contemplado el aborto en el Código Penal.
Si una mira el panorama en AL, hay seis países con penalización absoluta, 14 con alguna causal, y extremas penalidades en Centroamérica. “Es dramático; hay mujeres sentenciadas a 40 años, muchas ni siquiera han recurrido al aborto porque no han reconocido una emergencia obstétrica…”, dijo Chávez.
Profesionales de diversa formación y origen coincidieron en que cada vez es mayor la brecha entre la opinión pública y los tomadores de decisión.
Hay avances de modelos que operan y funcionan en la Ciudad de México, Uruguay y Brasil. Y también avances jurídicos al declarar la maternidad forzada como “degradante” y el embarazo forzado como tortura.
“Sin embargo el sistema se ensaña -abundó Chávez-; la violación del secreto profesional y la objeción de conciencia acentúan el maltrato y el castigo, y sobre todo para las más pobres funciona como un mecanismo disciplinador. En Centroamérica hay 129 mujeres procesadas…”.
Uruguay disfruta de la despenalización del aborto hasta las 12 semanas de gestación tras muchos años de trabajo de los movimientos feministas y las organizaciones sociales, pero las relatoras Alejandra López y Lilian Abracinskas (MYSU) advirtieron que la ley está muy lejos de ser la que estos grupos promovían.
No solo cada país es diferente del otro en las dificultades que enfrenta la región, cada uno tiene dentro de sí enormes diferencias entre zonas urbanas y rurales, y las diferencias político-religiosas de los diferentes gobiernos internos.
En ese sentido, dijo Lucy Garrido (Uruguay Cotidiano Mujer): “El país resistió el gran golpe que fue el veto de (el ex presidente) Tabaré Vázquez y las maniobras posteriores de la derecha contra 100 años de laicismo, de educación laica pública y gratuita”.
*Psicóloga y periodista.