El 31 de mayo apareció el cuerpo sin vida del joven biólogo Jairo Mora, quien se dedicaba a proteger a las tortugas en el Caribe costarricense
Su muerte generó indignación en la ciudadanía que exige al Gobierno que encuentre y castigue a los culpables.
El ambientalista de 26 años trabajaba en la organización Widecast y poco antes de su asesinato denunció a la prensa local haber recibido amenazas. También dio a conocer que había vínculos entre saqueadores de huevos y el narco que opera en Playa Moín, en la provincia de Limón.
La vicepresidenta de Widecast, Cristina Volkart, mencionó que tras el suceso los grupos ambientalistas sugirieron al Gobierno crear un área protegida en esa zona que lleve el nombre de Jairo Mora, un fondo de becas para jóvenes limonenses que se interesen en este campo, así como un cambio a la ley de tortugas marinas que tenga penas más severas a quienes dañen a estos animales.
Vokart cree que estas acciones honrarían la labor de Mora, a quien describió como un muchacho apasionado por su trabajo.
Nicolás Boeglin, profesor de Derecho Ambiental en Costa Rica, cuestionó las declaraciones del vicepresidente de la República, Alfio Piva, quien en una entrevista a la cadena CNN calificó el homicidio del costarricense como un accidente.
El jerarca aseguró que el biólogo se expuso de más en su labor de protección a las tortugas.
Boeglin recordó que años atrás ya murieron en Costa Rica ambientalistas por causas similares, otros han sido víctimas de intimidaciones y amenazas de demandas.
Jairo Mora solicitó a través de redes sociales el apoyo a la policía y denunció que había tortugas desaparecidas en Playa Moín.
Tras su muerte, el Gobierno prometió enviar personal a patrullar la zona para evitar otra situación similar. (VOCES NUESTRAS/PÚLSAR)