La instalación de este fondo es parte de los compromisos asumidos por los países desarrollos en la última Cumbre del año pasado en Cancún, México. Se trata del mínimo logro esperado para este encuentro de las Naciones Unidos en Sudáfrica.

Según las promesas, se espera recaudar 100 mil millones de dólares al 2020 para este fondo.

En estos días se debate en Durban de dónde saldrá el dinero, quiénes serán los financistas y bajo qué criterios se realizarán los aportes. Estas preguntas se tornan más profundas si se toma en cuenta la crisis económica que viven países europeos y Estados Unidos.

Por otra parte, los países de la Alianza Bolivariana por los Pueblos de Nuestra América (ALBA) mostraron sus dudas sobre la personalidad legal del Fondo Verde. La misma incertidumbre expresaron sobre la autoridad que tendrá este fondo.

En este sentido, la ministra de Patrimonio de Ecuador, María Fernanda Espinosa, manifestó su preocupación ante la posibilidad de que sea el Banco Mundial el amnistrador del instrumento.

Distintas organizaciones sociales e indígenas expresaron en Durban su rechazo a la intervención de esta entidad en los mecanismos impulsados desde la Convención para el Cambio Climático de Naciones Unidas.

El principal delegado brasileño, Luiz Alberto Figuereido, recordó este martes que "es un hecho que los países desarrollados comprometieron dinero en Cancún y en Copenhague para el Fondo Verde".

El representante de Brasil llamó a no alargar la implementación de este mecanismo. Fue durante un mensaje común del grupo BASIC, que reúne a Brasil, India, China y Sudáfrica.    

Durante este mensaje, el grupo expresó su convicción de continuar con el Protocolo de Kyoto. Recordaron que los compromisos deben recuperar los criterios de responsabilidad histórica y obligaciones comunes pero diferenciadas. (PÚLSAR)