La decisión se produce luego de que una requisa telefónica demostró que 3 líderes de las protestas indígenas mantuvieron contactos con la embajada de Estados Unidos.

Ante esto, el Ejecutivo boliviano convocó al encargado de negocios de la embajada estadounidense en Bolivia, John S. Creamer, para aclarar su relación con la marcha indígena.

La manifestación convoca a unos 600 marchistas que partieron el pasado 15 de agosto desde la ciudad boliviana de Trinidad con destino a la ciudad deLa Paz.

El director de la Agencia estatal de Desarrollo de Macrorregiones y Fronteras (ADEMAF), Juan Ramón Quintana, denunció que la marcha en defensa del TIPNIS forma parte de un intento de desestabilización contra el Gobierno de Evo Morales.

Según el funcionario, la estrategia de la embajada estadounidense es desprestigiar la realización de las elecciones judiciales de octubre próximo en Bolivia.

Quintana señaló que también busca dividir a las organizaciones sociales y generar conflictos que obliguen a la intervención de la policía.

Ramón Quintana manifestó que la Confederación de Pueblos Indígenas del oriente Boliviano (CIDOB) es un instrumento fundamental de la estrategia de desestabilización montada por Estados Unidos.

En ese sentido, reveló que la organización indígena recibió 3 millones y medio de dólares por parte de Estados Unidos.

Vale recordar que Bolivia ya había denunciado la ingerencia de Estados Unidos en otras ocasiones. En 2008 ambos países suspendieron relaciones bilaterales y expulsaron a sus respectivos embajadores. (PÚLSAR)