La provincia de Al Anbar es escenario de una amplia operación militar estadounidense que, desde el fin de semana pasado intentar terminar con la resistencia armada en esa región.

Hasta el secuestro, la táctica insurgente era la de castigar a los cuerpos armados nacionales subordinados al mando de los invasores estadounidenses.

El lunes, el ministerio del interior informó que la resistencia iraquí provocó la muerte de dos jefes de protección de instalaciones petroleras.

Por otro lado, los rebeldes también atacaron una caravana de 40 camiones que transportaban suministros para las tropas norteamericanas.

Con las últimas acciones de los insurgentes iraquíes, suman 1.605 las bajas del ejército invasor norteamericano desde el inicio del conflicto en marzo de 2003.(PULSAR)