Se trata, según Chévez, de “un modelo que fue creado, definido y usufructuado por los empresarios, por los grupos de poder y por algunos militares”.

El referente hondureño señala que las consecuencias son también sociales, y establece una relación entre cambio climático, agricultura y migración. A raíz de la alteración de los ciclos de producción y la reducción de la producción, “la alternativa es la migración”, explica Chévez.

Por tanto, “las ciudades se muestras rebasadas en su capacidad de infraestructura social para atender a esa cantidad de migrantes que llegan del campo con pocas oportunidades”.

Desde el Municipio de Tomalá, a 600 kilómetros de Tegucigalpa, se ha iniciado un proyecto de construcción de una represa hidroeléctrica comunitaria. Esta fuente de energía reducirá de la emisión de Dióxido de Carbono en 50.000 toneladas anuales.

Además, las ganancias económicas, estimadas entre 3 y 4 millones de dólares, serán reinvertidas en proyectos sociales de reducción de la pobreza.

Sin embargo, “los programas que el presidente constitucional Manuel Zelaya tenía, prácticamente están abandonados”, informa Chévez. El aislamiento de los países democráticos a Honduras “justamente sustentada en la carta democrática de las Naciones Unidas y de la OEA”, destaca el referente de Tomalá, también incide negativamente en la aplicación de los proyectos de energía limpia. (PÚLSAR)