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Voces de la Tierra | Nota publicada el 20/11/2008 a las 18:58 hs.
COLOMBIA-INDÍGENAS
El país del no diálogo
Minga es una palabra indígena de origen quechua, muy conocida en América del Sur y que significa "trabajo colectivo para el bien común". La Minga de la Resistencia Indígena en Colombia llegó a sumar 45.000 personas, de ellas 40.000 indígenas.

Fue convocada el 12 de octubre en primer lugar para rechazar la guerra, que mata a un indígena cada 53 horas, en este país con 44,6 millones de habitantes.

Del total de habitantes colombianos, 1,6 millones pertenecen a 102 etnias diferentes. Dieciocho de ellas están en vías de extinción, según la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC).

La Minga llegó a Cali tras un recorrido de 100 kilómetros desde el resguardo de La María, de donde partió, en el sudoccidental departamento del Cauca.

La primera semana la protesta fue reprimida, incluso a bala, por la policía antimotines, con un saldo de tres indígenas muertos y unos 170 heridos, entre ellos 39 uniformados.

Pero la Minga como tal también quedó herida, debido a la acusación presidencial de "terrorista" contra el movimiento aborigen.

Así, el resarcimiento por el calificativo se convirtió, con los días, en el primer punto de la agenda indígena con el presidente, cuya presencia los nativos consideraron "indelegable" en la negociación con el gobierno.

Los aborígenes también reclaman respeto a sus territorios, que el gobierno firme la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas.

Además, solicitan la derogatoria de normas que consideran lesivas para la supervivencia de sus culturas y el cumplimento de acuerdos asumidos por el Estado tanto con ellos como con otros sectores sociales, entre otros puntos.

La Minga está proponiendo un cambio sustancial: un sector civil, popular y desarmado sienta al gobierno a dialogar, y precisamente en torno a las causas de la guerra.

Quizá es algo tan nuevo en la vida política colombiana que el presidente no supo cómo responder.

Lo que ocurra en los próximos días demostrará si para el gobierno este novedoso escenario es o no un asunto menor, si gambetea otra vez el encuentro, lo convierte en palabras al viento o, simplemente, dialoga.(PÚLSAR/IPS)


Constanza Vieira
20/11/2008




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