El documento negociado se redujo a 56 páginas en su propuesta del sábado pasado en la Cumbre de Naciones sobre Desarrollo Sostenible Río + 20 que finalizará el próximo viernes.

Las discusiones entre los representantes nacionales giran en torno a las formas y montos de financiación para políticas encaminadas al logro del llamado desarrollo sostenible en los países.

Estas discusiones son atravesadas por la actual crisis económica que sufren países europeos y Estados Unidos.

Mientras tanto, el los presidentes de los países del G20 se reúnen en Los Cabos, México, para debatir sobre las salidas posibles a  esa crisis económica.

La propuesta central de Río + 20 lleva el nombre de “economía verde”. Fue definida como una economía socialmente inclusiva y “eficiente en el uso de recursos naturales, que resulta en la mejoría del bienestar de la humanidad y la igualdad social”.

Las organizaciones sociales del mundo autoconvocadas en la Cumbre de los Pueblos paralela adelantaron su rechazo a la llamada “economía verde”. Entre varios cuestionamientos, señalan que la iniciativa mantiene al mercado en el centro de la solución de los problemas ambientales.

Otro de los debates en Río + 20 evalúa la aprobación de un nuevo índice para medir la riqueza de las naciones. Este indicador resulta de la evaluación del capital económico, natural y humano.

El llamado Índice de Enriquecimiento Inclusivo se presenta como una medición de crecimiento económico que considera la situación de los recursos naturales.

Por último, las naciones también debaten el fortalecimiento del trabajo del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma). (PÚLSAR)