El último texto puesto a consideración de las delegaciones planteaba crear desde 2015 un nuevo marco legal a ser implementado desde 2020. Sin embargo, no señalaba obligaciones legalmente vinculantes a los países en la reducción de sus gases contaminantes desde la fecha señalada.

Por otra parte, el documento tampoco entregaba precisión sobre los compromisos que asumirían los países durante un segundo periodo del Protocolo de Kyoto entre 2013 y 2020.

Sin embargo, el texto no logró el consenso necesario y se trabajaba en un nuevo borrador a ser ratificado por los países participantes de la Cumbre.

Vale recordar que Canadá, Japón y Rusia anunciaron que no se sumarán a un segundo periodo de Kyoto desde 2012. Se trata de grandes emisores históricos y actuales de gases contaminantes.

El mismo estatus tiene Estados Unidos, quien nunca ratificó el acuerdo aprobado en 1997.

Estos países exigen que un segundo período de Kyoto incluya a los principales emisores y grandes economías. Apuntan principalmente a India y China.

El punto fuerte del Protocolo es que compromete legalmente a los países industrializados a alcanzar objetivos claros en la reducción de los llamados gases estufa. Se sostiene en la responsabilidad histórica de estas naciones en el calentamiento global.

También se espera una decisión sobre la implementación del Fondo Verde para asistir financieramente a los países en desarrollo para enfrentar el calentamiento global. Este viernes se mantenía la incertidumbre sobre sus características, y sobre quiénes y de qué modo aportarían al instrumento.

Durante la jornada del viernes una manifestación de organizaciones ecologistas tomó un sector de la sede de la Cumbre Climática. Allí repudiaron la falta de soluciones y voluntad de los países desarrollados para reducir sus emisiones contaminantes.(PÚLSAR)