Las columnas de organizaciones y sindicatos locales fueron las principales animadoras de una pacífica marcha donde no faltaron cantos, coreografías ni bailes.

Por un lado, se pudo escuchar las exigencias al respeto a los derechos de los pueblos indígenas en las soluciones propuestas desde la Cumbre.

En otra columna, se llamaba al liderazgo de los países desarrollados para asumir obligaciones vinculantes en la reducción de emisiones de efecto invernadero en un nuevo periodo del Protocolo de Kyoto.

Desde la Vía Campesina demandaron "una reforma agraria para la soberanía alimentaria y el desarrollo de un modelo agroecológico para enfriar el planeta".

Por otra parte, Greenpeace exigía en sus carteles que los Gobernantes “escuchen al pueblo y no a los contaminadores”.

Junto a ellos, WWF pedía "reducir las emisiones en 80% para 2050". Esta organización ambiental también mostraba carteles con la leyenda: "Fondo Verde: muestren el dinero". Se refería a la incertidumbre sobre los aportes al fondo para ayudar a los países pobres a enfrentar el cambio climático.

Los oradores de la marcha demostraron la composición del acto que finalizó frente a la sede de la Cumbre. Hubo representantes del sector sindical, de las mujeres, los jóvenes, los pueblos originarios y las organizaciones sociales.

Además, hasta el improvisado escenario llegaron las anfitrionas del evento oficial, la secretaria ejecutiva de la Convención Marco del Cambio Climático de las Naciones Unidas, Christiana Figueres, y la ministra de Relaciones Exteriores de Sudáfrica, Maite Nkoana-Mashabane.

Allí aseguraron estar trabajando para facilitar los acuerdos entre las naciones que participan de la COP 17 en Durban.

Luego de la primera semana de conversaciones, aparece incierta la posibilidad de acuerdo entre las naciones por un segundo período del Protocolo de Kioto.(PÚLSAR)